Pronosticamos cual meteorólogos. Y hasta ellos, q estudiaron para predecir tomando en cuenta las variables climáticas, no siempre aciertan con el clima q efectivamente se manifiesta en un día en particular.
Ante un hecho, un deseo, una situación X, tomamos en cuenta las variables posibles (pensamos) con cálculos ICC y súper-rápidos. Esos cálculos q se realizan por las conecciones entre nuestras neuronas, por lo general, son similares. Lás células primarias del cerebro se relacionan entre ellas como siguiendo una ruta que en algún momento aprendieron a transitar; hay otros caminos, pero ellas no los ven, utilizan siempre el mismo. No es de extrañar, entonces, q aunque nuestro pensamiento sea positivo, si nuestras neuronas recorren el sendero negativo, el resultado que obtengamos no sea el concientemente deseado. Esto desde lo electro-químico-físico-magnético.
Desde lo emocional, sucede algo similar, con la misma intensidad o preponderancia. Decimos y deseamos q algo suceda, ¿pero como puede suceder sin en algún rinconcito dudamos, tememos, no creemos que se realice?.
Si viajo por la Autovía 2, estoy segura que llego a la Capital Federal, no me entran dudas ni temores de que llegaré a la Patagonia. De igual forma debería ser un deseo que quiero ver manifestado.
Yo sé perfectamente cuál es el camino que debo seguir, el asunto es recordarlo, tenerlo presente y no permitir que los anuncios y los carteles en la ruta me distraigan.
Sólo prestaré atención aaquellos q me indiquen cuantos km. faltan para llegar a destino, y, como vengo distraída, quizás cuando llegue me asombre gratamente por haber arribado a donde yo quería.
Confío en que conozco y recorro mi camino. Puedo hacer todas las paradas que descansar que quiera y en cualquier instante, pero sigo en marcha. Alguien me acompaña de a ratos, otras veces viajo sola ¿sola? Conmigo-misma! Disfruto del viaje porque ese fue, y es, mi deseo primario: viajar. Lo conocido y lo desconocido se presentarán, y eso es lo maravilloso!
Desde el corazón de Mabel 19-10-10
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