domingo, 26 de agosto de 2012

Neurociencia - Tu Mente Inmortal

 
 
Entrevista a Joe Dispenza
Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza (de los maestros de “Y tú qué sabes”), fue arrollado por un todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento.
Dispenza, que era quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema.
Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades y le sorprendieron tanto los resultados que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.
Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle, en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció magna cum laude y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiologí a, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad. Desde 1997 ha dado conferencias ante más de diez mil personas en 17 países de los cinco continentes. A finales de mayo hablará en Madrid y Barcelona coincidiendo con la edición española de su libro Desarrolla tu cerebro.
“Podemos cambiar la mentalidad al crear nuevos cableados en el cerebro y fortalecerlos con nuestro pensamiento”
¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?
He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades -tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores músculo esqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…-, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.
¿Milagro?
Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su cerebro.
Estimulante curiosidad la suya.
Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psico-neuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.
Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.
La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el periodo en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.
¿Y eso qué significa?
El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.
¿En qué se traduce?
Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica. Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas. Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.
¿Cambiar las marchas del coche?
Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Esa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden adesaparecer.
Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?
No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.
¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?
El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.
¿Cómo define ese algo?
Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa. Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.
¿Y la predestinación genética?
La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.
¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?
Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.
Un círculo vicioso.
Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.
Estamos enganchados a nuestra química interna.
Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.
¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?
Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.
¿Cómo interrumpir el ciclo?
A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.
¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales.. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer….; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?
Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.
No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.
El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.
El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya esta formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.
¿Eso son 20 años de psicoanálisis?
Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender

miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Vamos demasiado rápido?

Hace ya unos 50 años, comenzamos a entrar con más fuerzas en las puertas energéticas de la Galaxia.

Antes de comenzar con la siguiente explicación, quiero hacerles recordar algo por si no lo saben o no lo recuerdan: ¿sabemos todos que hay muchos soles y que unos giran alrededor de otros? La Luna, un planeta muerto, gira alrededor de la Tierra (debido a una colisión sucedida hace millones de años, cuando aún no había vida sobre nuestro mundo), la Tierra, gira alrededor del Sol (período que dura todo un año), y nuestro sol, gira alrededor de otro sol, Sirius, y éste a otro más grande, Alcyone, y así, hasta el gran cúmulo de soles del centro de la galaxia, el corazón de nuestro sistema.
La Galaxia es un espiral, lleno de soles y estrellas, y estos soles se iluminan unos a otros. Entre ellos, hay millones de nebulosas, nubes de polvo, planetas muertos, asteroides, gases, que desvirtúan la luz. Estas nubes, hacen que cada miles de años, la luz de esos soles más brillantes, no iluminen a los soles más pequeños.
Nuestro sol, es uno de esos tantos pequeños, un Sol que está asomándose por entre las nubes. Cuando nuestro sistema solar, como el de muchos otros, comienza a atravesar el radio de luz de los otros soles, todo lo que antes estaba en la oscuridad de los soles pequeños, comienza a movilizarse, iluminándose.

¿Cuál es el proceso de Iluminación?

La Materia, ¿qué es?… Es un conjunto de diferentes grados de energía, es energía cósmica, es luz, vibrando muy fuerte, colisionando, chocando, ordenándose, generando formas, contextura, firmeza, materia… pero al fin y al cabo… luz, luz cósmica, energía pura, lo mismo forma todas las cosas que conocemos y desconocemos, lo que podemos ver, y lo que no vemos. Lo que nos hace una cosa u otra, vivos o muertos, espíritus, o humanos, lo que nos pone en Tercera Dimensión, o en Quinta, es simplemente la vibración de esa luz, de esa energía, que forma lo visible.

El grado de vibración puede ser bajo, estable, o rápido… a esos tres niveles de vibración de la materia, nosotros le llamamos: Pasado, Presente y Futuro. Ahora… ¿qué sucede si a esa luz estable… de presente… le agregamos de repente, muchísima cantidad de Luz? Luz a la cual no estamos acostumbrados en esta vida… luz de otros soles más lejanos, soles que para nosotros no son más que estrellitas.
Como una dosis de droga… todo comienza a alterarse… la energía deja de ser estable, y comienza a acelerarse, y colapsar… De vez en cuando, baja la vibración, y otras sube, en picos discontinuos, ya que aún las nubes tapan toda la luz de los soles.

¿Cómo vemos esto en nuestras vidas?

¡Todo se acelera! Habrán notado que los planes que tenían a largo plazo, ahora les pisan los talones… que cuestiones viejas, surgen de la nada, que el “tiempo” no les alcanza. Que sus ideas son más rápidas que sus acciones, o al revés.
Todo va mucho más rápido, porque hay más luz, incluso lo negativo se acelera, porque lo negativo también es luz, luz estancada, como agua de pozo ciego, y que ahora hierve… Si vemos bien las últimas décadas, los últimos 50 años, avanzaron mucho más rápido que los últimos dos siglos. Y hoy en día, los cambios son año a año, mes a mes. Nuestra mente cambia, su concepción de las cosas.

Sociedad:
Hay y habrá muchos más divorcios, más bisexualidad, más huelgas, revoluciones, peleas, enfrentamientos, despidos, renuncias, desequilibrio en las bolsas de comercio, en las políticas, acelere imparable en la tecnología, en las ansias por conocer.

Individual:
Dolores físicos, dolor de cabeza, dolor ocular, malhumor, enfermedades que vienen o se van, picos de estrés, picos de felicidad, bipolaridad emocional y racional por momentos…

TODO SE ACELERA
Comienza una liberación de karmas a gran escala. Más energía comporta más alteración en los iones, lo que genera más tormentas… más cambio climático. Sequía, Inundaciones.
Todo se Acelera…

Y nosotros… ¿qué hacemos?
Esto es como una ola… no podemos ir en contra de la ola, debemos dejarnos arrastrar por la corriente si no queremos salir dañados.
Esta alteración de la materia, es la que abrirá nuestras conciencias en los próximos cincuenta años. Hay mucho que pasar en estos años, mucho que transformar, el tiempo será cada vez más rápido, y por eso, debemos tomarlo relajadamente. Debemos Respirar profundamente, siempre, cerrar los ojos en el caos, y seguir caminando.

Tengan en cuenta pues:
-Profunda y prolongada respiración y caminar mucho (o ejercicio suave: como yoga o algo tranquilo en sus casas)
-Permítanse estarse un rato largo al sol por las mañanas, recibiendo esta suave luz de energía
-Busquen una alimentación más equilibrada, acorde a sus energías (dietas, ayurvedas, etc.)
-Cúbranse de un enorme globo de luz, protegiéndose de los cambios bruscos del exterior.

Todo lo que se acelera, en un momento bajará la velocidad, nosotros tenemos que ser pilares fuertes durante estos tiempos de fuertes cambios, para que en el momento del desacelere, no nos caigamos todos.
Tengan en cuenta, que cuanta más luz ingieran y más se abran a la energía del cambio, su materia vibrará más relajadamente, y tomarán vuelo vibracional hacia la Cuarta y Quinta Dimensión, equilibradamente, pero para eso, deben disfrutar de la energía de Tercera Dimensión.
Esta ola de luz se mueve rápidamente: lancémonos suavemente a ella y nademos

Matías de Stefano

viernes, 3 de agosto de 2012

EL TERCER MODO (o cómo sentir lo que creemos negativo)

Soy Jeshua. Estoy aquí con ustedes. A través de las barreras del tiempo y del espacio me pongo a vuestro lado; siéntanme en su corazón. Yo estoy muy familiarizado con ser un ser humano – los altos y los bajos. He explorado toda el área de los sentimientos humanos, y dentro de ese mundo de extremos finalmente hallé una salida; un pasaje a un modo diferente de ver las cosas, con lo cual toda la experiencia de ser un ser humano se presenta bajo una luz diferente – un modo que crea tranquilidad y paz en su corazón.
Es sobre esta salida, este pasaje, que quiero hablarles hoy. Muchos de ustedes se hallan en un dilema; una lucha que tienen con ustedes mismos. Hay una idea viva en su mente de que deberían ser mejores, otro diferente del que son ahora; de que deberían ser más altamente desarrollados, más santos, más capaces de seguir ciertas reglas, un ideal superior que tienen para ustedes mismos – pero ésta es una idea falsa. Todo este trabajar en ustedes mismos está basado en la idea de que no son buenos como son; de que hay algo más; de que tienen el poder de cambiar; de que tienen control sobre el hecho de ser humanos. Ésta es una idea vieja, y una que experimentaron plenamente en una era muy vieja.
Esta idea existió, en parte, en la Atlántida, donde desarrollaron el tercer ojo y donde lo experimentaron como el centro de la observación en su cabeza. Desde ese tercer ojo pudieron percibir y también desde ahí quisieron intervenir, moldear la vida según sus deseos. Hubo una cierta tendencia en ustedes hacia la dominación, pero esta tendencia también estuvo inspirada por su concepto de la verdad. Tenían la idea de que actuaban en base a principios elevados, de modo que lo que hacían era “bueno” – y siempre es así. El poder siempre está velado por ideas que se piensan que son buenas. Entonces toda una ideología se construye alrededor de esta idea generando una visión del mundo que aparece como esforzándose por lo que es bueno, mientras que en esencia ustedes están tratando de controlar la vida – tanto en ustedes mismos como en los demás.
El poder corrompe – los aliena del flujo natural de la vida que está presente en cada ser humano. El poder les da un concepto de maleabilidad que, de hecho, está basado en la ilusión. La vida, como ustedes la conocen, no es flexible en ese sentido, y no está determinada por la razón, o por el deseo, o por el tercer ojo. La vida no se ajusta a una visión del mundo o a un sistema, y no puede ser organizada en base a los procesos mentales.
Por un largo tiempo ustedes entraron en una batalla con su humanidad – la condición humana. Muchos caminos espirituales están basados en la idea de que deben trabajar sobre ustedes mismos, de que tienen que elevarse, y de que tienen que imponer en ustedes un camino planeado de acción que los conducirá a una situación ideal. Pero esta idea crea mucha lucha interna. Si comienzan con la idea de un ideal requerido, imponen patrones sobre ustedes mismos que saben muy bien dentro de ustedes que no logran o no pueden encontrar – entonces fallan desde un principio.
Sientan, ahora, la energía de esta forma de pensar: lo que se están haciendo a ustedes mismos, qué energía viene de la necesidad de imponer, de la búsqueda de mejorarse, y del deseo de organizar la vida, sus emociones y sus pensamientos. Sientan la energía de querer controlar las cosas. ¿Es ésa una energía amorosa? A menudo, esa energía se presenta como amor, como lo bueno y lo verdadero, pero el poder siempre se esconde de esta manera de modo que sea más fácil para las personas aceptarlo. El poder no muestra su cara abiertamente; el poder seduce a través del pensamiento. Es por eso que es mejor no pensar sobre eso sino sentir lo que el deseo de controlar la vida les está haciendo. Obsérvense en su vida diaria, en el presente, en su vida ahora. ¿Cuán a menudo ustedes aún luchan con ustedes mismos, condenan lo que surge en ustedes, lo que naturalmente brota en ustedes y quiere fluir? En este estado de juzgamiento se sienta una energía de crítica, una frialdad: “esto no debería ser así, está mal, es necesario que se vaya”. Sientan esta energía - ¿los ayuda?
Ahora quiero llevarlos a un modo diferente de verse a ustedes mismos; un lugar donde el cambio puede ocurrir, pero sin luchar, sin su abordaje de mano dura. Para que quede claro, déjenme darles un ejemplo. Imaginen que sucede algo en su vida que trae a ustedes un sentimiento de ira o de irritación – pónganle el nombre que quieran. Ahora, ustedes pueden reaccionar a esa ira de diferentes formas. Si no están acostumbrados a reflexionar sobre sus emociones, y sus reacciones son muy primarias, entonces ahí no hay nada más que ira – están enfadados, punto. Están envueltos en eso y se identifican con la ira. A menudo, luego sucede que ustedes ponen la causa de su ira fuera de ustedes – proyectan la culpa sobre algún otro. Alguien hizo algo equivocado y es por su culpa que ustedes se sienten enfadados. Ésta es la reacción más primaria – están identificados con su ira, ustedes están enojados.
Otra posibilidad es lo que yo llamo el segundo modo de reaccionar. Ustedes están enojados e inmediatamente hay una voz en su cabeza que dice: “esto no debería suceder, esto está mal, no es bueno que me irrite, debo suprimir esto.” Podría ser que se les haya enseñado a suprimir su ira a través de la enseñanza religiosa o por una perspectiva social. Por ejemplo: es mejor, más lindo, más moralmente justo, no mostrar su ira a los demás. Ciertamente se aplica a las mujeres que no es apropiado expresar abiertamente su enojo – que no es femenino.
Les han hablado de todo tipo de ideas que han hecho que ustedes juzguen su ira. ¿Entonces qué sucede? Hay ira en ustedes e inmediatamente surge una opinión sobre eso: “esto no está permitido, está mal.” Luego su ira se vuelve su lado ensombrecido porque, literalmente, no puede salir a la luz – no debería verse. ¿Qué le sucede a la ira si es suprimida de este modo? No desaparece, se pone detrás de su espalda para afectarlos de otras maneras; puede hacer que sean miedosos y ansiosos. Ustedes no pueden utilizar el poder que reside en la ira porque no se permiten utilizarlo. Pueden mostrar su lado dulce, lindo, útil, pero no ese lado apasionado, iracundo – su lado rebelde. Entonces la ira se encierra y ustedes piensan que son diferentes de los demás porque tienen esos sentimientos, luego podrían incluso comenzar a distanciarse de los demás. En cualquier caso, esto crea un conflicto amargo dentro de ustedes y aparentemente entre dos seres, un ser de Luz y un ser Oscuro. Mientras tanto ustedes están atrapados en este juego doloroso, y duele por dentro porque no pueden expresarse. Es este juzgamiento que los limita.
¿Realmente se vuelven una mejor persona a causa de esta reacción? ¿Suprimir sus propias emociones los va a conducir al ideal de un ser humano amoroso, pacífico? Si les describo todo esto, pueden ver muy claramente que este tipo de reacción no funciona – no conduce a una paz real, a un equilibrio interno real. Aún así ustedes se hacen esto. Muy a menudo ustedes silencian sus emociones, porque no son buenas de acuerdo a las costumbres que sostienen y ustedes no reflexionan sobre estas costumbres – de dónde vienen, o por quién o por qué han sido alimentadas en ustedes. Entonces esto es lo que yo les recomiendo hacer: no pensar sobre eso, sino sentirlo. Sientan la energía que reside en las críticas que disparan sobre ustedes, con sus imágenes de lo que es ideal y de lo que “deberían hacer”, lo cual a veces viene de motivos al parecer muy elevados – déjenlo ser. Ustedes no se vuelven iluminados al reprimir sus emociones y al suprimirlas sistemáticamente.
Hay un tercer modo – un tercer modo de experimentar sus propias emociones humanas. El primer modo fue identificarse totalmente con su ira, como en el ejemplo anterior. El segundo modo fue desplazarlo, suprimirlo y condenarlo. El tercer modo es permitirlo – dejarlo ser y trascenderlo. Esto es lo que hace la conciencia. La conciencia de la que yo hablo no juzga – es un estado del ser. Es un modo de observación que al mismo tiempo es creativo. Ahora, muchas tradiciones espirituales les han dicho: sean conscientes de ustedes mismos, eso es suficiente. Pero luego ustedes se preguntan: ¿cómo puede ser eso? ¿Cómo puede la mera conciencia de mí mismo producir un cambio en el flujo de mis emociones? Tienen que comprender que la conciencia es algo muy poderoso. Es mucho más que un registro pasivo de una emoción – la conciencia es una intensa fuerza creativa.
Ahora imaginen nuevamente que algo en el mundo externo evoca en ustedes una emoción poderosa – por ejemplo, ira. Cuando ustedes tratan con eso conscientemente, lo observan plenamente en ustedes mismos. No hacen nada con respecto a eso, mientras que al mismo tiempo se mantienen observando y viendo. Ya no se identifican con la ira, no se pierden en ella, simplemente permiten que la ira sea lo que es. Éste es un estado de desprendimiento, pero un desprendimiento que toma gran fuerza, porque todo lo que han aprendido los seduce a ser arrastrados dentro de sus estados de ánimo, dentro de la emoción de ira o miedo. Y para hacerlo más complicado, ustedes también se ven inmersos en la crítica acerca de esa ira o miedo. Entonces están siendo arrastrados en dos sentidos y alejados de la conciencia, la salida de la que les hablé al comienzo: la salida es el camino hacia la paz interior. Sus formas usuales de tratar con las emociones los alejan de ese punto central, por así decirlo, fuera de esa conciencia, y sin embargo ésta es la única manera de salir. Sólo observando silenciosamente el alcance total de la emoción, ustedes no se vuelven inconscientes, permanecen totalmente presentes. No se permiten ser arrastrados – ni por la emoción, ni por la crítica sobre la emoción. Ustedes miran esto con plena conciencia y con un sentimiento de ternura: “así es como es en mí”.
“Veo ira surgiendo en mí; siento que atraviesa mi cuerpo”. “Mi estómago reacciona, o mi corazón; mis pensamientos se aceleran para justificar las razones de mi emoción”. “Mis pensamientos me dicen que yo tengo razón y no la otra persona.” Ustedes pueden ver que todo esto sucede a medida que se observan, pero no lo acompañan. No se arrastran dentro de eso; no van debajo. Eso es conciencia – esto es claridad de mente. Y de este modo ustedes llevan a descansar a sus demonios en su vida: el miedo, la ira, la desconfianza. Les dan fuerza cuando se identifican con ellos, o si luchan contra ellos juzgándolos – de cualquier manera los nutren. El único modo de trascenderlos es elevándose sobre ellos, por decirlo así, con su conciencia – no luchar contra ellos, sino simplemente dejarlos ser.
¿Qué les sucede luego? La conciencia no es algo estático; las cosas no permanecen como son. Ustedes notaran que sin no alimentan la energía de la emoción o su crítica sobre eso, ellos gradualmente desaparecerán. En otras palabras, su equilibrio se fortalece; sus sentimientos básicos pasan a ser más de paz y alegría. Porque si ya no hay una batalla en su corazón y en su alma, la alegría sube burbujeando hacia arriba. Ven a la vida con una mirada más apacible. Ven el movimiento de las emociones en su cuerpo y lo observan. También observan los pensamientos que comienzan a acelerarse a través de su cabeza, con una mirada que es suave y mansa. Sepan que la habilidad de observar, y no ser tragados, es algo muy fuerte y poderoso. De esto se trata todo: ¡esto es el éxito!
Ahora quiero pedirles, en este momento, que experimenten el poder de su propia conciencia – el ser puro – y la liberación que esto trae, lo que les permite sentir que no hay nada en ustedes que necesiten cambiar. Sientan la tranquilidad y la claridad de esta conciencia: esto es lo que ustedes realmente son. Quiten los falsos juicios. Dejen que las emociones fluyan y no las repriman – ellas son parte de ustedes y algunas de ellas tienen un mensaje. Pregúntense si tienen una emoción a la que le temen, una que los está molestando, una con la que luchan. Tal vez una que se ha vuelto tabú para ustedes. Permítanle ahora que aparezca en la forma de un niño o de un animal – que se presente; que se muestre. Ese niño podría expresarse completamente, o podría incluso portarse mal. Pase lo que pase, se le debe permitir hacer todo lo que quiera y decirle lo que sienten. Ustedes son la conciencia que observa y dice, “sí, quiero verte; quiero escuchar tu historia, exprésala”. “Cuéntame tu historia, porque es tu verdad; podría no ser la Verdad, pero quiero oír tu historia.” Experimenten sus emociones de este modo y no las condenen. Permitan que vengan a hablar con ustedes. Trátenlas con la suavidad de una sabia persona anciana, y observen lo que trae ese niño o animal. Escondida en una emoción negativa suele haber una fuerza de vida pura que quiere emerger, y que ha sido ahogada hasta la muerte por todos los prejuicios y juzgamientos. Dejen que el niño o el animal vengan saltando hacia ustedes. Tal vez ahora cambie su apariencia – recíbanlo con una apertura amorosa.
La conciencia transforma – es el mayor instrumento para el cambio, sin embargo al mismo tiempo no quiere cambiar nada. La conciencia dice, “sí – ¡sí a lo que es!” Es receptiva y acepta todo lo que hay ahí, y esto cambia todo, porque los hace libres. Ahora son libres – ya no están más a la merced de sus emociones o de sus críticas sobre ellas. Dejándolas ser, ellas pierden su control sobre ustedes. Por supuesto, aún pasa ocasionalmente que se sienten superados por sus emociones y sus prejuicios – esto es ser humano. Traten de no quedarse atascados ahí y no se castiguen por eso: “Dios mío, no he alcanzado una conciencia clara – debo estar haciendo algo mal.” Si hacen esto, empiezan a hacer correr otra vez la pelota del juzgamiento. Siempre pueden regresar a la salida, a la paz, al no luchar con ustedes mismos. Observen lo que está ahí, y no cometan el error: no dejarse arrastrar por eso es tener una gran fuerza. Ése es el poder de la espiritualidad. La espiritualidad no es moralidad, es un modo de ser.
© Pamela Kribbe 2012
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