El calendario maya señala que nos encontramos inmersos en un gran cambio y que habrá que estar atentos. En el camino hacia 2012 –esa fecha considerada por algunos como fatídica– parece que habrá de todo, pero fundamentalmente una posibilidad inédita: la de acompañar una transformación astral. “Más que un final es un cambio a una nueva era llena de iluminación y conciencia planetaria. Claro que no todos llegarán a la meta por desviarse de la ruta y quedar aislados al mejor estilo Lost, sin provisiones, carentes de afectos, renegando del presente y queriendo escapar de cada uno de sus destinos. Todo el cambio de paradigma interno es el pasaporte para el avistaje del nuevo despertar espiritual”, escribe Federico de Robertis en su libro Calendario Maya 2011 (Vergara), una guía práctica para conocer cuáles son las predicciones que depara el nuevo año para cada uno de los 20 sellos (o signos) que forman el telar maya.
¿Qué es el calendario maya? Es antes que nada un método de autoconocimiento que sirve como calibrador y como oráculo. La vida está hecha de energías que se modifican día a día. Y a través del calendario maya podemos saber y percibir cuáles son las energías que se imprimieron en nosotros de acuerdo al día en que nacimos, y además conocer las que estamos viviendo ahora, cómo nos afectan y cómo las podemos aprovechar.
¿Cuál es la diferencia entre el calendario maya y el nuestro de 365 días? La energía que registramos al nacer nos determina virtudes y defectos, que son aspectos de luz y de sombra, tal como lo hacen los signos. Pero la diferencia del calendario maya respecto del gregoriano (que es con el que nos manejamos todos los días), es que se trata de un medidor de ciclos. El gregoriano es lineal: tiene doce meses con una convención horaria de veinticuatro horas. Pero fijate que es irregular porque, por ejemplo, enero tiene 31, febrero 28 y a veces 29, y así. Es estable en cuanto a la materia, porque ya sabemos que va a ser siempre así, pero es irregular en cuanto a los días. En cambio el maya es un medidor de ciclos, que son radiales y ascendentes espirales.
¿Cómo son los ciclos mayas? Técnicamente, el calendario maya se llama Tzolkin, mide 260 días y es ininterrumpido. Esto quiere decir que cuando termina en 260, vuelve a empezar en uno, y así indefinidamente. El ciclo de 260 días que dura el Tzolkin surge de que 13 son los tonos, las tonalidades de la luna. Y 20 son los sellos, las energías, lo que sería los signos. Si calculamos 13 por 20, da 260. O sea que existe ese mismo número de combinaciones en las cuales todos estamos inmersos. El ciclo recomienza cada 26 de julio y gira ininterrumpidamente. Lo que no aprendiste hoy se te va a espiralar y se volverá a repetir en los 260 días posteriores o en los otros 260 días posteriores, hasta que lo aprendas. Y si no lo entendés se te va a multiplicar o potenciar la misión.
¿Cuál es la clave para vivir según el calendario maya? El tiempo del no tiempo. Es decir, vivir según el propio tiempo y no según el que impone el mundo. Porque el calendario maya regula los tiempos naturales. Por ejemplo, no es casual que las mujeres hayan retomado la escena pública y ocupen lugares que antes no podían. Porque, en realidad, primero vino el matriarcado, que fue destruido por el patriarcado. Después, el capitalismo y todo lo que ya sabemos. Y ahora este auge de la mujer otra vez. ¿Por qué? Porque es lo natural y estamos en la época del poder y la materia. Lo que viene a hacer la mujer a través de la energía yin femenina es restaurar procesos que están relacionados con la materia. Materia versus no materia.
¿Cuál es el significado de esa dualidad? Estamos dormidos y la energía yin va más allá de toda condición racial y sexual. ¡Todos podemos sensibilizarnos y despertar nuestros sentidos! El calendario activa tres factores importantes: telepatía, amor y sincronicidad, tres atributos que el hombre necesita para poder vivir según su propio tiempo, en su eje de energía. Por eso yo no hablo de predicción, sino de prevención. El calendario sirve para volver al eje de tu energía.
¿Por qué es importante hacerlo? Porque en la comunidad maya se dice que cuando uno conoce su energía hay algo que se le acomoda en el universo. De ese modo vas a saber cuáles son tus virtudes y tus limitaciones.
¿O sea que estamos predeterminados a ser algo? No en forma absoluta. Pero hay una determinación energética. Claro que el empirismo dice que no es tan así, porque de ese modo uno sólo podría ser lo que su energía le señala como virtud y nada más. Por eso creo que es una y otra parte. Nadie puede encasillarse en nada; todos somos libres para elegir y hacer lo que queramos. Pero de lo que se trata es de autoconocerse, porque eso no nos limita sino que brinda más posibilidades de elegir. Y, sobre todo, da un poder de decisión más libre en la elección, porque nos atamos a lo que somos y sentimos, más que a lo que se nos impone desde afuera.
¿Qué nos podés decir de este año que acaba de empezar? Será un año de purificación para todos. Es el año de la Luna 5 y su principal atributo es purificar la emoción. Yo lo llamo “centrifugado de emociones”, porque el que tiene pareja va a tener que rever si es la pareja indicada o no; el que ya sabe que no, va a tener que intentar la separación porque si no el destino lo hará por ellos; y los que no tienen pareja, no deberán estar en la búsqueda total ni tampoco quedarse con el primero que venga, porque será más de lo mismo.
¿No puede ser de otra manera? Por ley de atracción, si uno está fuera de eje va a atraer siempre lo mismo, aunque crea que se trate de algo diferente. Seguro que superficialmente va a ser distinto, pero en lo profundo será igual. Por eso hay que profundizar y purificar las emociones y trabajar mucho el perdón. Probar perdonar a todos: a nosotros mismos, a mamá, a papá, al jefe, al ex, al vecino. Y también hacer que nos perdonen, porque muchas veces infligimos acciones negativas a los otros. Por otra parte, no tiene por qué estar viva esa persona a la que debemos perdonar.
¿Cómo hay que hacer ese proceso? Primero se debe hacer una visualización, una conexión y después liberar a los otros y liberarnos. Porque la luna también es el “pago deuda”. No me refiero a cuestiones de plata, sino a todo aquello que adeudamos emocionalmente para hacer un equilibrio y balancear en cero. Es importante, porque será la antesala de lo que va a ser el 2012. Cuanto más limpio esté uno ahora, más fácil le resultará estar vivo y despierto en 2012. Todos están hablando de 2012. ¿Qué se supone que va a pasar? Lo primero que hay que decir es que no se va a acabar el mundo, sino que tendrá lugar un cambio de era. Eso significa que habrá un cambio de patrón energético en nuestras vidas. Por eso, la luna viene a limpiarnos ahora. El 21 de diciembre de 2012 se dará una alineación planetaria y eso es algo muy loco, que sólo sucede cada 26 mil años.
¿Qué significa eso? Tenemos un segmento de 26 mil años, dividido en 5 eras. Ahora estamos en la última, pero eso no significa que termina el calendario maya, sino que vuelve a empezar. Es decir que comienza otra era, pero con otro tipo de conciencia porque no entendimos nada. Somos consumistas porque creemos que Internet y los celulares son lo mejor. Entonces, en lugar de volvernos más espirituales y profundos, nos volvimos más superficiales. En lugar de ser cada vez más sabios, estamos cada vez más anestesiados, con los sentidos dormidos.
Entonces es una oportunidad de renovación. Sí, pero no lo va a hacer el ecosistema por nosotros. Debe hacerlo cada uno por sí mismo. Es una oportunidad de renovarnos como seres espirituales, no como seres materiales.
¿La materia no importa? Claro que sí, porque tenemos que hacer nuestra vida, darnos los gustos y pagar los impuestos. Siempre digo que hay que tener los pies sobre la tierra, pero sin dejar de ver el cielo. El calendario da la posibilidad de generar un ecosistema interno y de calibrarnos profundamente. Esa es la base para que podamos hacer algo por nosotros. De otro modo no podrá ayudarnos el ayurveda, ni el tarot, ni nada.
Tomado de la web
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