Miedos que se revelan de golpe, que se manifiestan como un flash, se disparan por hechos simples, como una llamada telefónica, una tormenta, una luz oscura.
Son la presencia de mi propia sombra, lo q subyace detrás de mi luz.
Se manifiestan para indicarme algo que mi mente estructurada no se anima a analizar en su forma cartesiana.
La emoción es el llamado, el sonido de alerta que me indica seguir tirando de la red que contiene mis partes que me conforman, esa red llena de peces, anzuelos, cáscaras, elementos de la imaginación, metáforas que me juegan al escondite, que se ríen de mi Ego, bailan entre las flores como mariposas en la noche.
Miedo: No te tengo miedo!
Pasado el primer asombro, cuando el corazón se aquieta gracias a las herramientas que la vida y los amigos me enseñaron, la curiosidad toma el mando, y busca, desde lo alto, ver ese arbolito disfrazado de miedo en medio del bosque en que se desarrolla esta vida mía.
Con amor y respeto hacia ese instante, ese sentimiento, lo siento, lo dejo ser, porque también forma parte.
Anularlo sería como negarme.
Disfrazarlo sería como mentirme.
Así que decido decirle, gracias, perdón, te amo!
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