jueves, 23 de septiembre de 2010

LIMPIEZA DE NUESTRO CAMPO MAGNÉTICO: Una Necesidad

No existe una única técnica de limpieza energética del campo magnético ó
aura, sino muchas maneras de llevarlo a cabo. Pero para entender qué es una
limpieza energética ó del aura, antes deberíamos interesarnos por saber qué es
el aura, y por saber “qué otras energías” están en nosotros y nos integran,
además de la materia física que compone el cuerpo físico denso que todos
conocemos a simple vista. Esta investigación acerca de ‘qué otros cuerpos
poseemos’ además del físico denso, están hoy en día disponibles en muchos libros
sobre metafísica, teosofía, gnosis, etc., conocimientos que son en general los
mismos, con algunas diferencias menores (en las clasificaciones) entre escuela y
escuela.

Veamos brevemente el tema. Sabemos del cuerpo físico denso que poseemos que
está formado por elementos sólidos y líquidos fundamentalmente. Además del
físico, y siguiendo a éste en escala de densidad (de lo denso a lo sutil),
poseemos un “cuerpo vital”, compuesto de materia etérica (invisible a simple
vista), que como lo dice la palabra, absorbe la “vitalidad” del universo en
forma de energía, la cual es procesada dentro de este cuerpo etéreo y se
distribuye a todos los órganos y sistemas del cuerpo físico denso. Una
deficiencia en las funciones del cuerpo vital puede llegar a enfermar al cuerpo
físico, están estrechamente relacionados.

Más sutil que el cuerpo vital es el “cuerpo de deseos” (ó cuerpo emocional).
Este “vehículo” (término que puede reemplazar a “cuerpo”) es el asiento de los
deseos y el encargado de transmitir las sensaciones emocionales, sean estas de
miedo, amor, alegría, odio, tristeza, etc. Cada tipo de emoción es una
“energía”, un tipo de vibración, una clase de frecuencia vibratoria. Las
emociones negativas pueden consumir mucha energía vital del cuerpo etérico antes
mencionado y debilitar así al cuerpo físico, y si estas emociones negativas
persisten durante cierto tiempo, ciertos órganos del cuerpo físico pueden hasta
enfermar por esta razón. Las emociones positivas, en cambio, al ser de
frecuencias vibratorias armónicas, no absorben vitalidad quitándosela al cuerpo
físico, sino que por el contrario, transfieren vibraciones elevadas y armónicas
al cuerpo físico, llevándolo a la salud. Cuántas veces hemos escuchado decir que
un buen estado de ánimo influye positivamente sobre las defensas del cuerpo,
alejando la enfermedad y otorgando salud…
Además de los cuerpos físico, el etérico ó vital y el cuerpo emocional,
tenemos el “cuerpo mental”, ó vehículo mental; este es el ámbito energético
donde suceden los pensamientos. En el plano mental los pensamientos son “cosas”,
de la misma manera que en el plano físico existen “cosas” de todo tipo y forma
las cuales podemos percibir con nuestros sentidos físicos (vista, tacto, etc.).
Tomar consciencia de que los pensamientos son “cosas” en su propio plano es
necesario e importante para comprender el tema de la limpieza energética que nos
ocupa.

Más sutil que el cuerpo mental son otras energías superiores que también
poseemos, pero aquí tal vez sería más correcto no hablar de “cuerpos” sino de
“aspectos” ó “principios” de la constitución del hombre, pero no nos ocuparemos
en clasificarlos en detalle ahora; podríamos generalizar diciendo que son
energías de las regiones ó planos del alma y del espíritu. (Recordemos que cada
escuela tiene sus nombres para designar lo que genéricamente llamo aquí como
‘alma’ y ‘espíritu’).
Veamos entonces. Tenemos un cuerpo físico, un cuerpo vital, un cuerpo
emocional y un cuerpo mental. Estos 4 vehículos interrelacionados conforman lo
que llamamos “persona” ó personalidad humana. También vimos que poseemos
energías más sutiles, del alma y del espíritu; se suele llamar a estas energías
elevadas con el nombre genérico de “Yo Superior”. Todo este conjunto de
“energías” están inter-penetradas unas con otras. Lo visible para el ojo humano
corriente es la forma física, pero quien tenga visión clarividente puede ver al
hombre como una esfera ovoide de energías multicolores, donde el cuerpo físico
se ve como una mediana figura dentro de este ovoide. Las cualidades
vibracionales de los distintos cuerpos de la persona, es decir etéricas, el tipo
de emociones, sentimientos y de pensamientos que tenga el individuo, las ve el
buen clarividente( 1) en este OVOIDE DE ENERGÍA como grados de luz y color. En
una persona con cierto grado de evolución superior, además de las energías
etérica, emocional y mental, también pueden verse energías más sutiles y
refinadas, energías álmicas y espirituales en el ovoide. A este ovoide se le ha
llamado “huevo áurico”, y también le podemos llamar “campo magnético”. Todo esto
es una breve reseña de un tema que merece mayor detalle en su estudio, pero
basta aquí para tomar consciencia del tema que nos ocupa: “la necesidad de la
limpieza energética de nuestros cuerpos” (ó envolturas ó vehículos).
Recordamos que nuestro “huevo áurico” está formado por todas las
vibraciones de energías que generan nuestros cuerpos, cada uno en su propio
plano. Pero además existe una interrelación entre el huevo áurico individual y
el ambiente que nos rodea, también compuesto por energías variadas, por lo tanto
el huevo áurico de una persona promedio es influenciable por las energías que le
rodean. Seres más avanzados espiritualmente pueden tener un campo magnético más
fuerte y por lo tanto menos vulnerable.

Nuestros cuerpos sutiles, cuyas energías dimanantes juntas conforman el
Huevo áurico, ‘se ensucian’ en la vida diaria, comparablemente a como se ensucia
nuestro cuerpo físico. Así como bañamos nuestro cuerpo físico con agua y jabón
periódicamente para lavarlo y limpiarlo, de la misma manera es necesario
ocuparse también de la limpieza de los vehículos ó envolturas sutiles.
¿Qué pasaría si no bañamos nuestro cuerpo físico durante semanas, meses, ó
hasta años…? ¿Impensado no…? Pues bien, imaginemos el estado en el que se pueden
encontrar nuestros “cuerpos sutiles” si nunca nos encargamos de limpiarlos… Esta
falta de interés en la limpieza energética de nuestros cuerpos sutiles se debe a
que como no podemos verlos así como vemos a nuestro cuerpo físico, no nos damos
plena cuenta del estado en el que se encuentran.

Ya que no podemos ‘ver’ el estado de nuestra aura, una de las señales que
nos pueden ayudar a reconocer la necesidad de limpieza energética, es “lo que
sentimos”. El sentirse mal, de muchas maneras, muchas veces proviene de la
suciedad de nuestro campo magnético (aura). Pero esta es una indicación general,
ya que no todos los individuos tienen el mismo grado de percepción y capacidad
de autoobservació n, como para percibir ó darse cuenta del estado de su cuerpo
emocional ó mental. Es necesario un entrenamiento diario en la “atención” para
observar y observarse en ‘cómo nos sentimos’ y en cuáles pueden ser las causas
de ese sentir. Esto requiere de conocimiento, autoobservació n y discernimiento.

Hay personas sensibles que pueden percibir las energías de otra persona
con la que se encuentran, ó las energías de un ambiente. Al entrar, por
ejemplo, a una casa donde suele haber peleas familiares y malestar, pueden
percibirlo sintiendo esas energías en sí mismos, por que las vibraciones
astrales y mentales emanadas por los que viven en la casa están impregnadas en
el ambiente, los objetos, paredes, piso, techo, etc., y estas vibraciones
impactan en el campo magnético del ‘sensitivo’ que entra a la casa. El percibir
estas energías no implica ensuciarse, infectarse energéticamente, ya que luego
de percibir, al irse de la casa, el sensitivo (2) puede recobrar su estado energético original, propio, y no
percibir más aquello, al no estar más en ese ambiente. Puede suceder que las
‘sensaciones’ persistan un poco aún después de haberse retirado del ambiente
afectado, pero al cabo de un rato deberían desaparecer. También puede ocurrir
que al retirarse de la casa y recuperar el estado natural de la propia energía,
el sensitivo se ponga en contacto nuevamente con las energías densas de aquella
casa con solo pensar en ello. Esto ocurre por que en los planos astral y mental
la distancia física no es barrera. Podríamos decir que: “allí donde ponemos el
pensamiento, allí estamos”, como también: “en lo que piensas, te conviertes”.
Pero tan solo con dejar de pensar en ello, la energía percibida se retira
recuperándose el estado de energía natural propio. Pero si al irse de la casa
el visitante, sigue sintiendo el malestar, y no se le va, esta puede ser una
señal de que se ha contagiado su campo magnético con energías de la casa que
visitó. Es en este caso que deberá proceder a limpiarse energéticamente, de lo
contrario las energías absorbidas estarán influenciando negativamente en su
sentir, pensar y obrar en la vida diaria. Esto último ocurre muy a menudo en
muchas personas, las cuales son “sensitivas inconscientes”, es decir, que no
saben lo sensible-perceptiva s que son, y andan por la vida sintiendo y
absorbiendo energías de otros y de lugares, sin jamás sospechar que lo que
sienten no les pertenece, que proviene de una sensible percepción que poseen e
ignoran y de suciedades en su campo magnético. Esto les ocurre a muchas
personas. ¿Podemos ver la importancia que tiene tomar consciencia de este tema y
aprender a limpiarse…?
Hablamos hasta ahora del “sensitivo” que ha visitado la citada casa.
Veamos ahora que ocurre con las personas que viven en esa casa. Aunque lo
quisieran, les sería difícil superar las situaciones discordantes por que ya el
ambiente del hogar está vibrando con una cualidad negativa de vibración
(generada por ellos mismos), lo cual influye en todo momento en quienes viven en
dicha casa. Como vemos, es como “un círculo vicioso”, y decimos que es difícil
elevar las vibraciones en un ambiente tan adverso, pero no es imposible. De gran
ayuda es, además de desear cambiar para bien, limpiar el ambiente energético de
la casa, y hay muchas formas de hacer esto, con fe y persistencia, ya que una
casa puede necesitar más de una limpieza para cambiar su vibración. La tarea es
cambiar la vibración en nosotros mismos; esto puede hacerse de muchas maneras y
valiéndose de distintas herramientas, pero puede ayudar también si mantenemos
limpio energéticamente el hogar donde vivimos, y si no podemos hacerlo como
quisiéramos por que las personas que conviven con nosotros no creen en estas
cosas y se niegan a cooperar, al menos sí podemos limpiar energéticamente
nuestra propia habitación.

Para cambiar la vibración, comenzar por vigilar nuestros pensamientos y
emociones, no permitiendo que se “disparen” solos en cualquier momento generando
bajas vibraciones, es la tarea básica. Para quien recién se inicia en esta ardua
tarea, puede parecerle una labor imposible “controlar” los pensamientos, ya que
estos fluyen permanentemente, pero no es imposible. Controlar no significa
aniquilar ó matar los pensamientos. Nuestra mente pensante está “habituada” a
pensar, y por lo general está mecanizada a pensar con vinculación a
emociones también mecánicas; es decir que al dispararse una emoción, esto trae
inevitablemente pensamientos asociados a dicha emoción, y a la inversa, a veces
un pensamiento que surge puede atraer también una emoción afín. Así funciona
habitualmente la persona humana. A esto le podríamos
llamar “el hombre mecánico”, ó la mente mecánica, ya que actúa por hábito. La
memoria, el recuerdo y la comparación forman parte de la mente mecánica. El
cambiar esa mecanicidad, es cambiar hábitos de respuesta internos. ¿Cómo
hacerlo? Comencemos por comprender estos temas, conocernos más y mejor,
observándonos, y no permitamos que “los pensamientos nos actúen”, esto significa
que aunque al principio es inevitable que los pensamientos mecánicos (por lo
general negativos) lleguen, sí podemos evitar que prosigan ó que se conviertan
en acción. Esto sí está en nuestras manos. Luego, con el tiempo, el plano
mental y emocional se limpiará y armonizará de tal forma que la mente dejará de
ser mecánica, estará más lúcida y meditativa, y se convertirá en “canal” para la
afluencia creativa de energías espirituales. Esto último ocurre, en parte, en
individuos que ya vienen transitando el Sendero interior.

En síntesis, las ‘suciedades’ que se impregnan en nuestros cuerpos sutiles
tienen que ver, como estuvimos viendo, con energías de emociones y pensamientos,
principalmente; y estos pueden provenir de 2 lugares: del interior de la propia
persona, siendo las energías contaminantes de su propia creación, y del
exterior, es decir, de energías astrales y de pensamiento de otros, así como de
ambientes y sitios impregnados con bajas frecuencias de pensamiento- sentimiento
donde uno ha estado. En ambos casos, tanto si la suciedad proviene del interior
como del exterior (ó de ambos), la limpieza es necesaria.
Una limpieza energética debería efectuarse a diario, como mínimo, sobre
todo, teniendo en cuenta que en la vida diaria nos encontramos en situaciones,
en ambientes y con personas que emiten vibraciones de sentimiento y pensamiento
de todo tipo que impactan en nuestras auras, sin que en el momento lo
advirtamos, y el resultado de esto es que nuestros campos magnéticos terminan
afectados, infectados energéticamente. Reflexionar un instante en este tema es
necesario para tomar consciencia de la importancia que tiene crearse el hábito
de limpiarse energéticamente.

Existen muchas y variadas técnicas que pueden ser útiles y eficaces para
efectuar una limpieza áurica, pero no todas las técnicas limpian de la misma
manera y en la misma profundidad. El estudiante debe experimentar por sí mismo,
y emplear las que considere más apropiadas según su necesidad. Esto requiere por
un lado de práctica, estudio y perseverancia, y por otro lado de autoobservació n
y discernimiento.
La MEDITACIÓN, por ejemplo, es una práctica que conduce a la alineación de
la persona humana con las energías de su Yo Superior. Al producirse esta
alineación, los cuerpos inferiores reciben la afluencia de las energías
espirituales, lo cual eleva las vibraciones, y la consecuencia de esto es
purificación y limpieza. Por lo tanto la meditación es una herramienta válida.
Técnicas de imposición de manos donde se canaliza energía, como por ejemplo
REIKI (ú otras…), también elevan las vibraciones produciendo purificación y
limpieza. Pero estas prácticas producen un determinado grado de limpieza “por
añadidura”, es decir, como consecuencia ó efecto. Pero aquí nos ocupamos de
conocer que existen técnicas directas de limpieza, es decir donde nuestra
intención está puesta directamente sobre la limpieza. Cuando practicamos
técnicas con ‘intención clara’ hacia el propósito deseado, el efecto y resultado
se potencian. Es necesario emplear estás prácticas por que algunas infecciones
energéticas son “pesadas” y rebeldes (no se quieren ir…) y necesitan ser
“expulsadas” del aura. Por eso, además de la meditación, el reiki, etc., que
podamos practicar, que de por sí sabemos que son purificadores naturales, aquí
proponemos practicar técnicas con intención directa de limpieza.


Una técnica simple, pero no por simple menos efectiva, para la limpieza del
huevo áurico, es pedir (con las palabras de cada uno, y según sus creencias) que
se limpien nuestros cuerpos y nuestra aura, y una vez pedido, quedar en
meditación de silencio, sin ser molestados, durante unos 10 minutos. Cuando
sentimos que ha finalizado, pedir que las energías liberadas sean elevadas a
donde correspondan que estén según la voluntad y sabiduría divinas.
La razón de permanecer en silencio interior después de pedir (ó afirmar)
por la limpieza, es que la simple “intención” clara pone en acción a las
energías superiores, que son las que descienden para producir la limpieza
energética. Por eso, lo único que hacemos es el pedido o afirmación consciente,
y luego el silencio dando lugar a que ello ocurra, ya que en ese momento lo que
ocurre ya no está en nuestras manos. En síntesis, pedimos y esperamos en fe, y
resulta!. Cuanto más se practican estas limpiezas, más efectivas se vuelven.
También existe la posibilidad de pedir ser limpiados energéticamente
durante la noche mientras nuestro cuerpo físico duerme. Si lo pedimos antes de
dormirnos, esto ocurrirá durante la noche.

Ser conscientes de estos temas, y tomar la responsabilidad de mantenernos
limpios, no sólo en el cuerpo físico, por supuesto…, sino en nuestro campo
magnético, es un beneficio no solo para uno mismo, sino también para nuestro
entorno.
De la misma manera, retransmitir estos conocimientos, ayudando a
conscientizar a otros, es servicio, un bien realizado, al cubrir necesidades
internas poco comprendidas.

1- Clarividente: Es quien posee la facultad de “ver” en los planos sutiles,
es decir más allá del físico, que es donde todos vemos. Existen muchos tipos de
clarividencia: clarividencia etérica, clarividencia astral, clarividencia
mental, etc. dependiendo del plano en el cual el clarividente puede percibir.
Cuando aquí hablamos de “buen clarividente” nos referimos a la amplia y muy rara
facultad de clarividencia que es la que hace posible tener una visión perceptiva
en todos los planos, del etérico al espiritual. Esta facultad completa podemos
decir que casi no existe entre los hombres en el actual estado evolutivo. Muchas
personas tienen apenas algo de esta facultad despierta y por lo general con
dificultad de interpretación de lo que es visto y del plano en el cual se está
viendo.

2- Sensitivo: Empleamos esta palabra para designar a quienes son muy
sensibles a nivel perceptivo, es decir que pueden “sentir”, más allá de los
sentidos físicos, lo que sucede energéticamente en los planos sutiles. Existen
muchos grados de sensibilidad. Un sensitivo puede sentir, por ejemplo, el estado
emocional de otra persona, ó sentir también, además, su estado de salud,
teniendo a esa persona cerca ó tan sólo con pensar en ella la percibe. Además de
percibir las energías astrales y mentales, se puede tener la refinada
sensibilidad de percibir energías superiores, espirituales, de paz y luz. Un
sensitivo atento y entrenado puede llegar a percibir la atmósfera energética de
una ciudad, las diferencias energéticas entre un barrio y otro de esa ciudad,
etc. Ser sensitivo no implica ser clarividente; el sensitivo no “ve”, “siente”,
y el clarividente (a menos que también sea sensitivo) no siente, solo ve.

5 comentarios:

  1. Lo mas importante es elevar la rata vibratoria de la persona, eso depende de el "sentir" dirigido por la mente o pensamientos. Cuando la persona eleva su vibracion a alta frecuencia (amor mas que todo) todas las enegias de baja vibracion son obligadas a desalojar el campo magnetico o aura del individuo. Cuando vibramos en una frecuencia determinada atraemos mas vibraciones de la misma calidad.

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  2. Lo mas importante es elevar la rata vibratoria de la persona, eso depende de el "sentir" dirigido por la mente o pensamientos. Cuando la persona eleva su vibracion a alta frecuencia (amor mas que todo) todas las enegias de baja vibracion son obligadas a desalojar el campo magnetico o aura del individuo. Cuando vibramos en una frecuencia determinada atraemos mas vibraciones de la misma calidad.

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  3. Lo mas importante es elevar la rata vibratoria de la persona, eso depende de el "sentir" dirigido por la mente o pensamientos. Cuando la persona eleva su vibracion a alta frecuencia (amor mas que todo) todas las enegias de baja vibracion son obligadas a desalojar el campo magnetico o aura del individuo. Cuando vibramos en una frecuencia determinada atraemos mas vibraciones de la misma calidad.

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  4. Lo mas importante es elevar la rata vibratoria de la persona, eso depende de el "sentir" dirigido por la mente o pensamientos. Cuando la persona eleva su vibracion a alta frecuencia (amor mas que todo) todas las enegias de baja vibracion son obligadas a desalojar el campo magnetico o aura del individuo. Cuando vibramos en una frecuencia determinada atraemos mas vibraciones de la misma calidad.

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  5. Deberíamos tomar muy en serio la existencia de los diferentes cuerpos que nos componen para llegar a un equilibrio entre los mismos, de ello depende nuestra salud, harmonía interna y vibrar en positivo, claves para una buena evolución humana.

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