jueves, 4 de noviembre de 2010

El desafío de Muluc

Muluc propone hoy el desafío, en su espiral evolutiva el tono 2, muestra al perro.  Ser fiel a uno mismo, a la esencia del Ser, cosa nada habitual.  Tras los velos de la educación, de lo que dicta la época en q transcurrimos, de las relaciones q mantenemos con apegos inconcientes, se encuentra una esencia que hoy deberíamos recordar y dejar salir a la luz, a cada instante.  Los hábitos de ocultamiento q hemos adquirido, quizás lo pongan difícil.  Pero si nos observamos, sin juzgarnos desde el ego, veremos q somos como el fiel perro, que pase lo q pase, continúa brindando amor, porque esa es su naturaleza.  Está atento a todo, descansa al sol, se alimenta, juega, gruñe cuando se siente amenazado, quizás ataque para preservar su vida, pero fundamentalmente está, mirándote con sus ojos castaños, brindándote amor a cada instante, moviendo la cola cuando te ve llegar, hechándose a dormir cuando nota que te vas.  Alzando sus ojos cuando lo retas, o metiendo el rabo entre las patas y alejándose cuando siente miedo.
Todas estas emociones, humanas, actitudes caninas, son parte de mi esencia, pero no son todo mi ser. Me con-forman.  Aceptarlas, agradecerlas (las q el ego califica de malas, también!), y seguir la danza de la vida  es lo que propongo con esta cosmovisión maya, que vaya a saber de dónde me viene, estará en mi memoria celular, entre las conexiones neuronales, en las plantas de mis pies en contacto con la Tierra, o en mis manos acariciando un árbol.
Y no considero que hoy sea mera casualidad, el que tantas personas posean un perro, lo traten con más consideración que a los otros congéneres o lamenten profundamente su pérdida.
Quizás sea una manera de tener presentes esos valores caninos, una forma en que el Universo nos recuerda nuestra esencia, esa que el tiempo civilizado relegó al fondo de nuestra conciencia.

Desde el corazón de Mabel

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