miércoles, 25 de enero de 2012

Cómo afectan al humano las explosiones solares






 por Heather Carlini -
 
¿Qué es exactamente una erupción (llamarada) solar y cómo nos afecta?
Una erupción solar es una tormenta magnética en el Sol que parece ser un punto muy brillante y una erupción gaseosa en la superficie, tal como la de la fotografía de arriba. Las llamaradas solares liberan enormes cantidades de partículas de alta energía y gases que son tremendamente calientes.
Son expulsadas a miles de kilómetros de la superficie del sol.
Según Mitch Battros – del sitio web Cambios en la Tierra,
“Una de las mejores profecías/predicciones conocidas de nuestros ancianos mayas es el mensaje de un cambio de paradigma de nuestra era. En palabras de los maya, se dice que ahora estamos en una época de ‘cambio y conflicto’.
El cambio está llegando desde el “exterior” en forma de cambios climáticos, fenómenos naturales, disturbios celestes (llamaradas solares) y traumatismos auto-infligidos causados por el hombre.
El conflicto viene desde el ‘interior’ en forma de reto personal, dolor, confusión, depresión, ansiedad y miedo. Se dice que estamos ‘en la encrucijada’. Un tiempo para elegir un nuevo camino, decidiendo sobre una nueva dirección propia y de la comunidad, aventurándonos en lo desconocido, encontrando de nuestra verdadera identidad del ser.
Otros optarán por quedarse en el mismo camino, quedarse con lo conocido, y poner un gran esfuerzo para mantener la ‘previsibilidad’.”
Un estudio reciente publicado en la revista New Scientist, indica una conexión directa entre las tormentas solares del Sol y el efecto biológico humano.
El conducto que facilita las partículas cargadas del Sol a la perturbación humana es el mismísimo conducto que dirige el clima de la Tierra a través del campo magnético terrestre, y también a través de los campos magnéticos alrededor de los humanos.
Las recientes tormentas geomagnéticas están causando los últimos acontecimientos en los cambios terrestres, en forma de terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, tornados y tormentas de viento.

 La Actividad Geomagnética en el Sol Influye en Nuestros Pensamientos
Es conocido que la actividad solar influye en la conciencia humana. Las llamaradas solares afectan:
*El sistema Nervioso Central – (revestimiento del estómago)
*toda actividad del cerebro (incluyendo el equilibrio)
*junto con el comportamiento humano y todas las respuestas psico-fisiológicas (mental-emocional-físicas)
*Las llamaradas solares pueden causar que tengamos los siguientes síntomas,
*nerviosidad*ansiedad*preocupación*mareos inestabilidad
*temblores*irritabilidad*letargia*agotamiento*problemas de memoria a corto plazo, palpitaciones del corazòn.
*náuseas*intranquilidad*presión prolongada de cabeza y dolores de cabeza.
Las llamaradas solares y las ondas de fotones están cambiando el tejido de nuestra realidad física, ya que tienen un poderoso efecto en nuestro nivel físico celular, causando que despierte y se esclarezca nuestra memoria celular.
A menudo experimentamos esto como si el cuerpo se estuviera calentando en la forma de “bochornos”.
Nuestras emociones son energías de baja frecuencia almacenada en nuestras células de experiencias pasadas y traumas que hemos encontrado y no hemos nunca procesado – por lo que son almacenados como memoria celular. La energía fotónica es una energía de frecuencia mucho más alta que sube la frecuencia emocional más baja, de manera que se pueda calibrar a una frecuencia más alta… por lo tanto nos encontramos a nosotros mismos liberando estas bajas emociones como la tristeza y el dolor sin saber por qué.
Esto tendrá una duración de unos veinte minutos y nos quedamos preguntándonos de donde procedieron estos sentimientos así nomás, fuera de la nada. Los elementos de nuestra plantilla están interconectados en la conciencia celular y cuando la plantilla es amplificada a través de energías de fotones, diversos elementos de la plantilla se filtran en la conciencia y comenzamos a recordar nuestro verdadero propósito.
Somos impulsados o halados a hacer cambios en nuestra vida pero no nos damos cuenta de por qué.
El hecho interesante acerca de esta energía es que, puesto que es de una frecuencia más alta, crea el poder de la manifestación instantánea de nuestros pensamientos, lo que significa que lo que sea pensemos, lo creamos al instante. Esto nunca había ocurrido antes en nuestros lapsos de vida y es por eso que muchas personas están escribiendo libros sobre el tema del Poder de la Atracción.
La energía fotónica se conecta a nuestros pensamientos, por lo que es importante que sepamos lo que queremos, más bien que en lo que no queremos, de lo contrario, vamos a manifestar más de aquello que no queremos.

 Los efectos de recientes llamaradas solares:
Mucha gente se siente agitada e inquieta recientemente.
Las llamaradas solares pueden romper los viejos patrones que ya no son necesarios para que puedan surgir los nuevos. Esto puede hacernos sentir agitados y agotados al mismo tiempo. También puede causar estragos con la tecnología, como las computadoras.
Hemos empezado a notar muchos nuevos síntomas:
*El tiempo y el espacio están comenzando a tambalear aún más erráticamente que antes.
*Pareciera que estamos perdiendo fácilmente la noción del tiempo.
*Perdemos las palabras cuando estamos hablando.
*El día simplemente desaparece.
*No estamos durmiendo muy bien… otra vez.
*Damos un montón de vueltas en la cama por las noches y muchos están teniendo sueños extraños.
*Estamos sintiendo que surge una enorme energía surge en el cuerpo seguido de bajones de energía.
*Se han recibido numerosos reportes de náuseas y dolores en el cuerpo, malestares y mareos.
*Muchos sienten un profundo dolor.
*Algunos se sienten como si estuvieran caminando sobre el agua (sin razón aparente).
*Otros dijeron que cuando cerraban sus ojos en la noche, todo está girando.
*Se han producido, alteraciones visuales o cuestiones del oído interno, zumbido en los oídos, problemas de la tiroides y la garganta, pies fríos, incluso un síntoma raro de sequedad de la lengua.
No hay nada que temer… sólo sea consciente de lo aquello es y descanse más y beba mucha agua.
Esto también pasará…

La Conciencia Colectiva – Frecuencias de la TierraLa Tierra es un mar de vibraciones y frecuencias. La humanidad es experta en crear e inventar dispositivos en los que existe una frecuencia de energía y vibración. Estas ondas de energía están siempre en movimiento a través de usted.
los aparatos eléctricos en casa – todas las luces y lámparas, los sistemas telefónicos, todos los aparatos de cocina. Cada dispositivo emite una determinada frecuencia. La televisión es uno de los principales contribuyentes de las frecuencias discordantes. La mayoría de la gente no se da cuenta una de estas frecuencias. Se han sintonizado o ajustado a ella y han aprendido a vivir con ellas.
Este planeta está tejido con frecuencias electrónicas. Si usted ha tenido la visión de ver los filamentos de energía conectando todas las líneas de alta tensión, los aparatos eléctricos, teléfonos celulares, televisores y microondas, usted se sorprenderá de lo bien tejida que está, verdaderamente, esta matriz energética. Rodea su planeta en una red energética de frecuencias discordantes.
Estas matrices de frecuencias electrónicas siempre están afectando el cuerpo físico y el estado mental de la mente. Estas frecuencias electrónicas son adictivas y hipnotizantes para su campo de energía personal. Estos frecuencias electrónicas hechas por el hombre tienen un cierto patrón mental. Esté al tanto de estas frecuencias discordantes y de la matriz que crean. Es importante que usted y otros permanezcan anclados, estables y firmes en su propio campo de energía personal y de matriz. Usted será menos afectado por las frecuencias discordantes.
Las llamaradas solares, las explosiones galácticas de energía están aumentando a través de este escudo de frecuencias electrónicas hipnotizantes, la activando determinados aspectos de los códigos de ADN. Estos impulsos de energía cósmica son un llamado de atención para que la humanidad despierte. El campo magnético de la Tierra sostiene la integridad mayor del holograma en su lugar. Esto está siendo reemplazado por los campos electrónicos.
La humanidad está recibiendo el máximo apoyo de la conciencia del cosmos y los individuos están despertando a su magnificencia, su conexión estelar divina…

Este artículo lo tomé de la red, opino q, a pesar de todo, es conveniente consultar al médico alópata, homeópata, chino, etc, etc., si estos signos sintomáticos perduran en el tiempo.
Considero también, q el efecto de las tormentas solares pueden dar una explicación para quienes se sienten "raros" aunque los análisis clínicos indiquen q todo está OK.

martes, 24 de enero de 2012

Qué pueden hacer para maximizar las energías del 2012

* Sigan a su corazón: hagan lo que se sientan llamados a hacer, incluso si su mente lógica, miedos, o gente bien intencionada están tratando de convencerlos de lo contrario.
* Confíen en su intuición: si algo no se siente correcto o verdadero para ustedes, probablemente no lo sea.
* Crean en sí mismos: ustedes son su propio mejor maestro y fuente de guía. Son la única persona que realmente sabe quiénes son y lo que vinieron a hacer aquí.
* Dejen de juzgarse a sí mismos y a los demás: sepan que todo lo que han hecho fue por una razón, y que los demás tienen una razón para lo que hacen también.
* Esperen más de su vida y de su realidad. Si escribieran una lista de sueños para su vida ideal y realidad para la humanidad y el planeta, háganla lo más increíble posible. Dense cuenta que cuáles son sus límites personales y elévenlos. Luego, elévenlos un poco más. Si usaran su imaginación para escribir un libro mágico no tendrían límites ¿verdad? Así que esperen lo mismo de su vida, ¡porque es nuestra imaginación la que está ahora en el asiento del conductor! Desempeñen su parte en crear un mundo mágico para todos nosotros.

(Extracto)
© Dana Mrkich 2012. Se concede permiso para compartir libremente este artículo con la condición de que se dé crédito al autor, y se incluya la dirección www.danamrkich.com.

domingo, 22 de enero de 2012

EL RETORNO DE LO FEMENINO Y EL ALMA DEL MUNDO




Introducción de Llewellyn Vaughan-Lee

Es esencial leer la siguiente introducción para poder comprender la razón por la cual se ha recopilado este material y entender cuál es su contribución al momento actual en que vivimos.

La asamblea se llena de fragancia
sólo con mencionarla a ella,
y cada lengua pronuncia su nombre.
— Ibn ‘Arabî

Los siguientes capítulos representan una recopilación de mis trabajos sobre la feminidad sagrada desde 1991 a 2008. A lo largo de estos años escribí, di conferencias y entrevistas sobre el tema del principio femenino, de la feminidad sagrada. Los primeros textos se refieren a mis propias experiencias con relación a lo femenino desde una perspectiva psicológica, la figura del anima o alma del interior de mi propia psique, tal y como se expresaba en sueños e imágenes, su oscuridad y su luz, su poder y belleza. Desde esta reconexión interior con la feminidad sagrada, que tan a menudo ha sido rechazada, malentendida y maltratada, comencé a valorar y entender el papel que desempeña lo femenino en la búsqueda espiritual, la importancia del escuchar, de la receptividad, y del espacio sagrado que es necesario para el renacer espiritual y para poder vivir el anhelo del alma.

Estas cualidades femeninas se encuentran tanto en los hombres como en las mujeres y ejercen una atracción que nos traslada hacia nuestras profundidades interiores, hacia los misterios del alma, cuya sabiduría se llama Sofía. También nos reconectan con el dolor primario de la naturaleza femenina, de la que tanto ha abusado nuestra cultura masculina. Llegamos a experimentar sus lágrimas y heridas, su dolor, que es también el dolor de nuestra propia alma. En el reino de lo femenino todo está conectado, nada se excluye. Al trabajar con la gente, especialmente con las mujeres, y al escuchar sus sueños e historias, comencé a ver que ese dolor, ese rechazo, es una herida en cada uno de nosotros que requiere comprensión y perdón, si es que queremos recuperar nuestra herencia espiritual verdadera, el saber innato de lo femenino y la sabiduría de la Tierra.

Mi propio camino me llevó más allá de la búsqueda individual, hacia el drama del todo, y sentí el sufrimiento de la Tierra y su anhelo de despertar de esta pesadilla de explotación y codicia patriarcal. Fue entonces cuando sentí la necesidad apremiante de recuperar la sabiduría y el poder de la Diosa, Su potencial de sanación y transformación. Y percibí que esta energía está especialmente presente en las mujeres, y que las mujeres tienen un papel crucial que desempeñar en la redención de la feminidad sagrada y a la hora de aprender de nuevo a trabajar con ella. Aunque lo femenino constituya una parte importante de la psique masculina, las mujeres portan su sabiduría y poder en cada una de las células de su cuerpo, y tienen la responsabilidad de hacer despertar de nuevo su potencial.

La historia de nuestra relación con la Tierra me llevó más lejos, me hizo volver al conocimiento ancestral del anima mundi, el alma del mundo, el principio divino presente en la creación. A lo largo de la historia, en distintas épocas y culturas, ha habido una relación con el anima mundi, y existían modos de trabajar con ella, de transportarla a la vida cotidiana, en especial a través del arte y de la imaginación. Esta conciencia femenina presente en todo lo vivo requiere de nuestra atención para que podamos redimir nuestra civilización y nuestro mundo. Hemos de oír su clamor, hemos de hacer llegar su sabiduría a nuestra conciencia.

Mi viaje espiritual ha seguido el sendero sufí del amor, en cuyos misterios del corazón lo femenino siempre ha ocupado un lugar central. Para los peregrinos sufíes es la cualidad femenina del anhelo la que nos impulsa en el viaje de regreso hacia el Amado. Los amantes místicos esperan, en un profundo espacio femenino de receptividad y desconocimiento, que el Amado Se revele. Esta relación interior de amor entre el alma y Dios me ha enseñado mucho sobre la relación con la feminidad sagrada, y la tradición sufí de imágenes y poesía mística me ha ayudado a expresar algunos de sus misterios. La fragancia de esta tradición de amantes estará presente en estas páginas.

Aunque este material provenga de mi camino personal, he insistido, no obstante, en que la labor de lo femenino es parte integrante del proceso de sanación y transformación del todo. El libro comienza con varios capítulos que se centran en nuestra necesidad de volver a valorar la naturaleza femenina, de comprender que desempeña un papel central en la labor de la sanación y transformación global. Su conciencia natural contiene un conocimiento profundo de las interconexiones de la vida, de cómo las diferentes partes del todo están relacionadas: de cómo puede evolucionar la cualidad de unidad inmanente a ella que está despertando. Todas las mujeres portan en sus centros espirituales la substancia sagrada de la creación necesaria para regenerar vida. Sin la plena participación de lo femenino, nada nuevo podrá nacer. Después, la lectora o lector serán transportados a la dimensión del anima mundi, de cuya sabiduría y forma ancestral de entender la unidad de la vida requerimos, si es que queremos redimir el mundo. He incluido como apéndice un trabajo sobre la naturaleza femenina enfocado desde una perspectiva psicológica y espiritual, que representó el principio de esta búsqueda, de cómo el viaje hacia el alma del mundo comenzó dentro de mi propia alma.

La dificultad para entender y describir lo femenino se debe en parte a su naturaleza especialmente elusiva, a los velos que la rodean, así como también a la represión patriarcal y a la negación de su sabiduría y poder. Tampoco se documentaron nunca por escrito los misterios femeninos ancestrales, ni sus iniciaciones y enseñanzas. No es fácil de determinar y definir, sino que es misteriosa en su movimiento y cambio continuo. Pertenece a la luz plateada de la luna y a sus múltiples reflejos, más que al duro resplandor del brillo solar masculino y a sus construcciones racionales. Es más fácil acercarse a ella mediante alusiones o referencias para expresar el misterio y la matriz de la creación, que siempre serán un milagro, y no algo que se pueda explicar. Así pues, estos capítulos no pretenden ser una explicación racional, lineal, de lo femenino, sino que son más bien facetas de un espejo que refleja diferentes cualidades y formas de manifestación femeninas. Numerosas son las repeticiones en este material recopilado, puesto que cada capítulo contempla un tema ya tratado desde una perspectiva ligeramente diferente, de tal forma que a lo largo del libro emerge sutilmente una imagen más acabada y completa del asunto repetido. También esto forma parte del misterio de lo femenino, cuya creación es una repetición eterna de ciclos en evolución. En cada momento, el mismo milagro divino se expresa de una manera ligeramente distinta.

Del mismo modo, la repetición tiene un valor en sí misma: tras una fase tan prolongada y un condicionamiento tan profundo de abandono y olvido de la naturaleza, cualidad y valor de la feminidad sagrada en nuestra cultura, existe la necesidad de hacerla regresar a nuestra conciencia. Probablemente, en una cultura tan marcada por los valores masculinos como es la nuestra, no sea suficiente hacer mención sólo una vez a estos temas olvidados hace ya tanto tiempo. Es necesario ponerla una y otra vez de relieve, hasta que sus cualidades vuelvan a formar parte de nuestra relación con la vida. Mientras más nos la recuerden, mejor podrá afianzarse en nuestra conciencia individual y en nuestra cultura colectiva.

Lo femenino forma parte tanto de los mundos interiores como del mundo exterior de la creación. Es parte del misterio del alma, del seno del mundo. Nuestra cultura masculina se ha centrado en el mundo de lo exterior, definible y mensurable, pero la naturaleza femenina conoce una dimensión diferente: lo que está oculto en el interior, a menudo en la oscuridad. Una gran parte de estos escritos trata de los mundos interiores, el hogar tradicional de los místicos y chamanes, los poetas, las sacerdotisas y los videntes. Estos reinos, donde a menudo abundan los símbolos, sentimientos e imágenes, a los que se accede a través de las visiones y de la imaginación, no son muy conocidos en nuestra cultura, y nuestro lenguaje está mal equipado para describirlos, ya que nuestra lengua forma parte de una cultura masculina racional, que gusta de que los cosas se definan, en lugar de que simplemente se haga alusión a ellas. Al leer este libro es importante reconocer las limitaciones del lenguaje, y permitir que nos hable lo que se encuentra más allá de las palabras.

En lugar de explicar el papel de lo femenino de una manera lógica y lineal, estos capítulos intentan acercar a la lectora o lector a su sabiduría y misterio. No existe una única definición de lo femenino, pero puede haber un despertar a sus modos y formas, a sus cualidades y poderes. A veces la he denominado "la deidad", o "la Diosa", o "el principio femenino" o el "anima mundi". La naturaleza de lo femenino no gusta de ser aprisionada en un único nombre o en una explicación fija. Ella es una forma de relacionarnos con la vida, con nosotros mismos y con lo divino.

De igual modo, es importante recordar que lo divino femenino no se encuentra en contraposición u oposición con lo masculino. Todo está incluido en su sagrada totalidad. Y, cuando me refiero al aspecto incognoscible de lo divino, que está más allá de toda forma o conocimiento, con la palabra "Él", es sin género: el "Él" no es masculino en el sentido de opuesto a lo femenino. Aunque vivamos en una cultura dominada por la separación, lo divino se encuentra más allá de cualquier división. Sin embargo, lo femenino tiene su propia fragancia, su magia especial. Ojalá, a través de estas páginas, se haga consciente algo acerca de su verdadera naturaleza y Ella nos revele algunas de sus cualidades, retire alguno de sus velos.

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Capítulo 1: Recuperar el misterio femenino de la creación


„Entonces la creación reconoció a su Creador en sus
propias formas y apariencias. Pues, al principio, cuando
Dios dijo: „¡Hágase!“ y así aconteció, el instrumento y la
Matriz de la creación fue el Amor, dado que toda la
creación se configuró a través de Ella,
como en un abrir y cerrar de ojos."

EL ESPÍRITU SANTO COMO SAPIENTIA
SANTA HILDEGARD VON BINGEN


LA MATRIZ DE LA CREACIÓN

Lo femenino es la matriz de la creación. Esta verdad es algo profundo y elemental, y toda mujer la conoce desde las células de su cuerpo, desde la profundidad de su instinto. La vida surge de la substancia de su propio cuerpo. Las mujeres pueden concebir y dar a luz, ser partícipes del mayor misterio, que es traer un alma al mundo. Y, no obstante, nos hemos olvidado, o se nos ha privado, de la profundidad de este misterio, de cómo la luz divina del alma crea un cuerpo en el seno de la mujer, y de cómo las mujeres participan en este misterio, entregando su propia sangre, su propio cuerpo, a aquello que va a nacer. El enfoque de nuestra cultura en un Dios incorpóreo, trascendente, ha dejado a las mujeres despojadas, negándoles el carácter sagrado de este sencillo misterio de amor divino.

De lo que no nos damos cuenta es de que esta negación patriarcal no sólo afecta a todas las mujeres, sino también a la vida misma. Cuando negamos el misterio divino de lo femenino, también le estamos negando algo fundamental a la vida. Estamos separando la vida de su núcleo sagrado, de la matriz que alimenta a toda la creación. Separamos nuestro mundo de la única fuente que puede sanarlo, alimentarlo y transformarlo. La misma fuente sagrada que nos dio la vida a cada uno de nosotros es necesaria para darle significado a nuestras vidas, para alimentarlas con lo que es verdadero, y para revelarnos el misterio, el propósito divino de estar vivos.

Dado que la humanidad desempeña una función central en la totalidad de la creación, lo que nos negamos a nosotros mismos, se lo negamos a todo lo que está vivo. Negándole a lo femenino su poder y propósito sagrados, hemos empobrecido la vida de un modo que no entendemos. Le hemos negado a la vida la fuente sagrada de significado y designio divinos, que las sacerdotisas de la antigüedad conocían. Quizá pensemos que sus ritos de fertilidad y otras ceremonias se debían tan sólo a la necesidad de procreación o de conseguir una buena cosecha. En nuestra cultura contemporánea no podemos entender hasta qué punto se expresaba a través de ellos un misterio más profundo, que conectaba conscientemente a la vida con su fuente de origen de los mundos interiores, una fuente que sustentaba la totalidad de la vida como una encarnación de lo divino, permitiendo que el milagro de lo divino estuviera presente en cada momento.

Atrás ha quedado la época de las sacerdotisas, de sus templos y ceremonias, y dado que la sabiduría de lo femenino no ha sido documentada por escrito, sino transmitida de forma oral (logos es un principio masculino), se han perdido sus conocimientos sagrados. No podemos hacer volver el pasado, pero podemos dar testimonio de un mundo en el que ella no está presente, un mundo en el que explotamos por codicia y afán de poder, en el que violamos y contaminamos sin ninguna consideración. Entonces podremos emprender la labor de darle la bienvenida a la naturaleza femenina, de reconectarnos con lo divino que se encuentra en el núcleo de la creación, y aprender de nuevo a trabajar con los principios sagrados de la vida. Sin la intercesión de la deidad femenina, permaneceremos en este terreno física y espiritualmente estéril que hemos creado, dejándoles como legado a nuestros hijos un mundo enfermo y profanado.

La opción es sencilla. ¿Podemos recordar la totalidad que se encuentra en nuestro interior, la totalidad que une el espíritu y la materia? ¿O vamos a seguir por el camino que ha abandonado a la deidad femenina, que ha separado a las mujeres de su sabiduría y poder sagrados? Si nos decidimos por la primera opción, podremos comenzar a recuperar el mundo, no con planes masculinos, sino con la sabiduría de lo femenino, la sabiduría que forma parte de la vida misma. Si nos decidimos por la segunda, quizá logremos llegar a alguna solución superficial con las nuevas tecnologías. Quizá combatamos el recalentamiento global y la polución con planes científicos, pero no habrá un cambio verdadero. Un mundo que no está conectado con su alma, no puede sanarse. Sin la participación de la deidad femenina, nada nuevo puede nacer.

RECUPERAR SU SABIDURÍA SAGRADA

Si la sabiduría de lo sagrado femenino se ha perdido, ¿cómo podemos saber lo que tenemos que hacer? Parte de la sabiduría de la naturaleza femenina es esperar, escuchar, ser receptiva. Una mujer no sabe conscientemente cómo hacer que llegue la luz de un alma a su seno, y cómo ayudar al alma para que forme un cuerpo. Y, sin embargo, este misterio tiene lugar dentro de ella. Tampoco sabe conscientemente cómo alimentar esta luz con su propia luz, ni cómo ofrecer su sangre para que el cuerpo crezca. La mujer es el misterio de la luz que nace en la materia, y su embarazo es una fase receptiva, de espera, en la que escucha y siente lo que está ocurriendo en su interior. Ella y la Gran Madre son un mismo ser y, si escucha con atención, percibirá en su interior los conocimientos que requiere.

Quizá hayamos abandonado esta simple sabiduría femenina del escuchar y, en esta época, en que la información nos inunda con tantas palabras, es fácil subestimar el conocimiento instintivo que proviene de nuestro espacio interior. Sin embargo, los principios sagrados de la vida nunca se han escrito: forman parte del ritmo del corazón, del ritmo de la respiración y del fluir de la sangre. Están vivos como la lluvia y los ríos, como el crecer y el menguar de la luna. Si aprendemos a escuchar, descubriremos que la vida, la Gran Madre, está hablándonos, comunicándonos lo que debemos saber. Vivimos en una época en la que el mundo está muriendo, a la espera de renacer, y el caudal de palabras recogido en nuestras bibliotecas y en Internet no nos dará una respuesta a cómo debemos actuar. Sin embargo, la naturaleza femenina sí puede compartir con nosotros sus secretos, decirnos cómo hemos de ser, cómo asistirla en el momento en que vuelve a nacer. Y, como somos sus hijos, ella podrá hablarnos a cada uno de nosotros, siempre que tengamos la humildad de escucharla.

¿Cómo podemos escuchar lo que desconocemos? ¿Cómo podemos recuperar lo que perdimos hace ya tanto tiempo? Cada momento es nuevo. El momento presente no es simplemente una progresión de los momentos pasados, sino que está, a su manera, vivo, es completo y perfecto. Es el momento lo que requiere de nuestra atención. Sólo en el momento podemos estar plenamente despiertos y responder a la necesidad real. Sólo en el momento presente podemos estar completamente atentos. Sólo en el momento presente puede manifestarse lo divino en la existencia. Los hombres podrán planificar las cosas, pero una madre atenta a sus hijos sabe lo que es realmente necesario en cada instante. Siente en su cuerpo la interconexión de todo lo vivo de una forma velada para lo masculino. Ella sabe que no se pueden hacer planes, puesto que existen muchas variables, pero sí se puede reaccionar con la sabiduría que incluye el todo y todas sus interconexiones. La deidad femenina nos pide que estemos presentes en la vida en su totalidad, sin juicios ni planes. Entonces podrá hablarnos, revelarnos el misterio de su renacer.

Como se trata de un nacimiento, lo femenino debe estar presente, no sólo como una idea, sino como una presencia viva en nosotros, en el interior de los hombres y de las mujeres ya que, aunque las mujeres encarnen más plenamente la deidad femenina, Ella comparte también parte de su secreto con los hombres, del mismo modo que un hijo lleva en sí parte de su madre de una forma que queda velada para sus hijas. Sin embargo, vivir la naturaleza femenina es algo que casi hemos olvidado: nuestra cultura patriarcal ha negado su poder y verdadera sabiduría, la ha esterilizado del mismo modo que la ha separado de su magia, que forma parte del ritmo de la creación. Pero la necesitamos, más de lo que nos atrevemos a reconocer.

En cualquier caso, si queremos entrar plenamente en contacto con la deidad femenina, el principio creativo de la vida, hemos de estar preparados para encontrarnos con su rabia, con el dolor que proviene del abuso que ha sufrido. Durante siglos, nuestra cultura masculina ha reprimido su poder natural, ha quemado sus templos, dado muerte a sus sacerdotisas. El patriarcado, con su afán de dominio y su miedo a lo femenino, a lo que no puede comprender o controlar, no sólo la ha descuidado, sino que la ha torturado y destruido deliberadamente. No sólo la ha violado, sino que ha rasgado la mismísima estructura de la vida, la totalidad primaria de la cual ella siempre ha tenido la custodia. Y la naturaleza femenina está furiosa, aunque su rabia haya sido reprimida junto con su magia.

Darle la bienvenida a lo femenino es reconocer y aceptar su dolor y su rabia, y el papel que hemos desempeñado en su profanación. Las mujeres también han actuado en connivencia con lo masculino, han negado su propio poder y magia naturales y, en su lugar, han aceptado valores y formas de pensar masculinos. Han traicionado a su propio yo más profundo. Sin embargo, hemos de tener cuidado de no quedar atrapados en esta oscuridad, en las dinámicas del abuso, en la rabia y la traición.

Las mujeres se identifican fácilmente con el sufrimiento de lo femenino y con el trato que recibe de lo masculino, y proyectan su propio dolor y rabia en los hombres. Entonces quedamos todavía más enredados en la red que nos niega cualquier transformación. Si nos identificamos con el dolor de lo femenino, nos convertimos fácilmente en agentes de su rabia, en lugar de llegar a lo más profundo del misterio del sufrimiento, a la luz siempre oculta en la oscuridad. Ya que, en las profundidades de lo femenino, se encuentra el conocimiento profundo de que el abuso también forma parte del ciclo de la creación. La Gran Madre encarna una totalidad que contiene incluso la negación de Sí misma, y necesitamos Su totalidad, si es que queremos sobrevivir y renacer.

La transformación verdadera, como cualquier nacimiento, requiere de la oscuridad tanto como de la luz. Sabemos que se ha abusado de lo femenino y que se sigue abusando, así como se continúa contaminando el planeta. Pero la mujer que ha experimentado el dolor de un parto, que sabe que la sangre forma parte de él, está iniciada en la oscuridad; conoce los ciclos de la creación de un modo oculto para lo masculino. Es necesario que la mujer se entregue y entregue su sabiduría al proceso actual de muerte y renacimiento, y honre así el dolor que ha sufrido. Descubrirá entonces que su magia y poder habrán renacido de una nueva forma, que se los habrán devuelto de una manera en la que ya no podrán ser contaminados por lo masculino y su afán de poder. Sin embargo, sin su total participación, existe el peligro de que el niño nazca muerto; en ese caso, este ciclo presente de creación no llevaría a cabo su potencial.

Primero hemos de reconocer el sufrimiento de la naturaleza femenina, de la Tierra en sí misma, o de otro modo la luz que se encuentra en el interior de lo femenino permanecerá oculta para nosotros. Debemos pagar el precio por nuestro deseo de dominar la naturaleza, por nuestros actos de arrogancia desmedida. No estamos separados de la vida, del viento y del clima. Somos parte de la creación y debemos disculparnos ante ella, asumir la responsabilidad de nuestra actitud y de nuestros actos. Hemos de entrar conscientemente en la próxima era, reconociendo nuestros errores. Sólo entonces podremos honrarla y escucharla plenamente. Sin embargo, todavía existe la posibilidad de que no demos este paso. De que, como niños obstinados, no reconozcamos el dolor que le hemos infligido a nuestra madre, y no recuperemos la totalidad que ella encarna. Entonces permaneceremos en la oscuridad que está comenzando a devorar nuestras almas: las promesas vanas del materialismo, el mundo fracturado del fanatismo. Dar un paso a la madurez siempre implica reconocer nuestros errores, el mal que hemos causado.

DAR A LUZ A NUESTRA PROPIA TOTALIDAD

Entrar en la matriz de lo femenino, honrar algo tan sagrado y simple como la sabiduría de la vida, es un verdadero reto. Sin embargo, dado que nos encontramos al borde del abismo de una crisis global, requerimos de esta sabiduría más de lo que nos imaginamos. ¿Cuántas veces ha estado este mundo al borde de la extinción? ¿Cuántas veces, en sus millones de años de existencia, se ha encontrado ante un desastre? En el momento actual hemos creado nuestro propio desastre a partir de nuestra ignorancia y codicia, y el primer paso es pedirle ayuda a nuestra madre y escuchar su sabiduría. Entonces veremos que nos encontramos en un entorno muy diferente del que nos imaginamos actualmente. Descubriremos que están teniendo lugar cambios en las profundidades de la creación, de los cuales formamos parte, y que la contaminación y el dolor que hemos causado son parte de un ciclo de vida que implica su propia destrucción aparente. No estamos aislados, ni siquiera cuando nos equivocamos. Formamos parte de la creación en su totalidad, aunque hayamos negado el todo. En nuestra arrogancia desmedida nos hemos separado de la vida y, sin embargo, jamás podremos estar separados. Esto es sólo una ilusión del pensamiento masculino. La separación no existe. Es sólo un mito creado por el ego.

Todas las cosas forman parte del todo, las equivocaciones y los desastres incluidos. Una vez que recobremos esta simple conciencia, descubriremos que están teniendo lugar cambios que requieren de nuestra participación, que necesitan que estemos presentes. Veremos que el eje de la creación se está desplazando, que algo está naciendo y se está manifestando de una nueva forma. Estamos renaciendo, no en el sentido de algo separado, sino como un todo completo. No disponemos de imágenes provenientes de nuestra conciencia masculina que nos permitan imaginarnos cómo sería, pero eso no quiere decir que no esté ocurriendo. Hay algo en nuestro interior que sabe que la era presente ya ha pasado, que la época de la separación está llegando a su fin. Actualmente, lo sentimos más claramente en su aspecto negativo, en la percepción de que las imágenes de la vida ya no nos sustentan, que el consumismo está matando a nuestra alma y al planeta. Y, sin embargo, existe algo justo detrás del horizonte, como un amanecer que podemos presentir, aunque no lo podamos ver.

Y este amanecer porta una luz, y esta luz nos está llamando, llamando a nuestras almas, aunque aún no llame a nuestras mentes. Y nos pide que le demos la bienvenida, que le demos vida. Y si nos atrevemos a hacerlo, a darle el "sí" a este amanecer, descubriremos que esta luz se encuentra dentro de nosotros, y que algo está cobrando vida en el interior de cada uno de nosotros. Formamos parte de un misterio compartido: somos la luz oculta en la materia que está siendo despertada.

Durante demasiados siglos hemos permanecido atrapados en el mito de la separación, hasta que nos hemos quedado aislados los unos de los otros y de las energías de la creación que nos sustentan. Pero ahora hay una luz creciente que porta el conocimiento de la unidad, la unidad que cobra vida a través del sello divino. Esto es lo que se nos está devolviendo. Esta es la luz que está despertando. La luz de la unidad es un reflejo de la unidad divina de la vida, y cada uno de nosotros es una expresión directa de esta unidad. Y esta unidad no es una idea metafísica, sino algo muy simple y ordinario. Se encuentra en cada respiración, en el batir de alas de cada mariposa, en cualquier trozo de basura de las calles urbanas. Esta unidad es vida, una vida que ya no se experimenta únicamente a través de la visión fragmentada del ego, sino que se reconoce desde el corazón, se siente en el alma. Esta unidad es el latir del corazón de la vida. Es el reconocimiento de la creación hacia su Creador. En esta unidad la vida se celebra a sí misma y celebra su origen divino.

La naturaleza femenina conoce esta unidad. La siente en su cuerpo, en su sabiduría instintiva. Conoce su interconexión del mismo modo que sabe cómo alimentar a sus propios hijos. Y, sin embargo, hasta ahora, esta sabiduría no ha portado la luz brillante de la conciencia masculina. Se ha mantenido oculta con ella, en la oscuridad de su yo instintivo. Y parte de su dolor ha sido que no ha sabido cómo usar su sabiduría en el mundo racional y científico en que vivimos. En lugar de valorar su propia sabiduría, ha jugado los juegos de lo masculino, imitando su forma de pensar, dejando a un lado su conocimiento de cómo todo está interrelacionado y su capacidad de percepción innata para captar los esquemas inmanentes a la creación.

Ha llegado la hora de que esta sabiduría de lo femenino se combine con la conciencia masculina, de manera que esta nueva forma de entender la totalidad de la vida se pueda utilizar para ayudarnos a sanar nuestro mundo. Las soluciones científicas de las que disponemos en la actualidad proceden de los instrumentos masculinos de análisis, precisamente del mismo concepto mental, basado en la separación, que ha causado los problemas. No podemos permitirnos el lujo de aislarnos una vez más del todo, y el hecho de que nuestros problemas sean globales lo ilustra. El calentamiento global no es tan sólo una imagen científica o un concepto, sino que es una realidad dramática. Combinando la sabiduría masculina con la femenina podemos llegar a entender las relaciones existentes entre las partes y el todo y, si escuchamos, podremos oír que la vida nos está explicando cómo corregir este desequilibrio.

Existe una luz en la vida, conocida entre los alquimistas como lumen naturae, que puede hablarnos, que puede hablar a la luz de nuestra conciencia. Existe un diálogo primario de luz a luz, conocido por todas las sanadoras y sanadores, que tiene lugar cuando escuchan al cuerpo de sus pacientes y le permiten comunicarse con ellos: permiten que su luz le hable a la luz que se encuentra dentro de ellos. A través de este diálogo de luz saben dónde tienen que colocar las manos, qué hierbas se requieren, qué puntos se deben presionar. A esta comunicación directa se añaden los conocimientos de sanación que hayan adquirido, lo cual da lugar a una alquimia capaz de redespertar la energía del paciente, de resintonizar el cuerpo con el alma. Así se producen las sanaciones verdaderas, y lo que es válido para un individuo, lo es también para el mundo, excepto que en este caso somos las dos cosas: pacientes y sanadores. Las heridas del mundo y su desequilibrio son nuestras heridas y nuestro desequilibrio, y disponemos en nuestro interior de la sabiduría y del entendimiento necesarios para volver a equilibrarnos a nosotros y al mundo. Esto forma parte del misterio de la totalidad de la vida.

Lo femenino nos puede ayudar a entender cómo todas las diferentes partes de la vida están relacionadas las unas con las otras, a comprender cuáles son sus esquemas de relación, las interconexiones que nutren la vida. La naturaleza femenina puede ayudarnos a reconocer conscientemente lo que ella sabe instintivamente: que todo es parte de un todo vivo, orgánico, en el cual las partes de la creación se comunican las unas con las otras, y que cada célula de la creación expresa el todo de un modo único. El conocimiento de la totalidad orgánica de la vida proviene de la sabiduría instintiva de lo femenino, pero, si se combina con la conciencia masculina, entonces se puede comunicar en palabras, no sólo en sentimientos. Podemos combinar los conocimientos procedentes de la mente y de los sentidos con la sabiduría interior. De este modo, podremos recibir un proyecto para el planeta que nos permita vivir en armonía creativa con todo lo vivo.

LA NUEVA MAGIA PRESENTE

¿Qué significa recuperar lo femenino? Significa honrar la conexión sagrada, presente en cada instante, que tenemos con la vida. Significa comprender que la vida es un todo y comenzar a reconocer las interconexiones que configuran la red de la vida. Significa comprender que cada cosa, cada acto, incluso cada pensamiento, afecta al todo. Y también significa que le permitamos a la vida que nos hable. Somos bombardeados continuamente por tal cantidad de impresiones provenientes de los medios de comunicación y de los anuncios, que no es fácil escuchar la simple voz de la vida misma. Sin embargo, está presente, incluso en el espejismo de nuestros miedos y deseos, de nuestras ansiedades y expectativas. Y la vida está esperando que la escuchemos: tan sólo requiere de nuestra presencia y de nuestra atención. Está intentando comunicarnos los secretos de la creación, de modo que podamos participar en el milagro de lo que está naciendo.

Hemos sido exiliados de nuestro propio hogar, nos han vendido un páramo inhóspito, repleto de fantasías sin alma. Es hora de regresar a casa, de reclamar lo que es nuestro, la vida sagrada de la que formamos parte. Eso es lo que nos está esperando, y sus signos ya están apareciendo a nuestro alrededor. No sólo se encuentran en nuestra insatisfacción, en la sensación de que hemos sido explotados y de que nos han mentido. Se encuentran en una cualidad mágica que está comenzando a aflorar, como el batir de alas de los ángeles, que no podemos ver, pero sí sentir. Nos están recordando lo que realmente somos, la presencia divina que existe en nuestro interior y en la vida. Anhelamos esta magia, una vida que una los mundos interiores y exteriores. Y eso otro ya está presente entre nosotros de formas que no esperamos. Tan sólo hemos de estar abiertos y ser receptivos, decir "sí" a lo que no podemos ver o tocar, pero sí sentir y darle una respuesta. Y para cada uno de nosotros este encuentro de los mundos será diferente, único, porque cada uno es diferente, único. Es lo sagrado inmanente a la vida que nos habla en su propio lenguaje. Quizá al jardinero le hable a través de la magia de las plantas, a la madre mediante algo inesperado en el modo de ser de sus hijos - siempre es algo que percibimos, pero que aún no conocemos - el cumplimiento de una promesa que sabemos que llevamos tiempo esperando que se cumpla. Los niños son los primeros en sentirlo, pero para ellos no es nada excepcional; es parte del aire que respiran, de la luz en la que viven. Todavía no han sido completamente desterrados, y quizá crezcan en un mundo en el que esta magia perdure.

El misterio de la deidad femenina nos habla desde dentro de su creación. No es una deidad distante en el cielo, sino una presencia que se encuentra aquí, entre nosotros, que requiere de nuestra respuesta. La deidad femenina es lo divino que regresa a reclamar su creación, el verdadero milagro de lo que significa estar vivo. La hemos olvidado, del mismo modo que hemos olvidado tantas otras cosas acerca de lo sagrado y, sin embargo, ella siempre ha formado parte de nosotros. Pero ahora necesita que la reconozcamos una vez más, no sólo como un mito, como una imagen espiritual, sino como algo inmanente a la sangre y la respiración. Ella puede despertarnos a la expectación que vibra en el aire, a un recuerdo ancestral que está cobrando vida de un nuevo modo. Ella puede ayudarnos a dar vida a lo divino que se encuentra dentro de nosotros, y a la unidad que está a nuestro alrededor. Ella puede ayudarnos a recordar nuestra verdadera naturaleza.

domingo, 15 de enero de 2012

Vive como si fuera tu última oportunidad de amar, disfrutar, existir

Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti."

Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti."

"Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer."

"Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... ¡No me encontrarás en ningún libro!"

Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo? Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni te castigo. Yo soy puro amor."



"Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios loco puede hacer eso?"

"Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía."

"Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas."

"Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno."



No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo, vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste?... ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste?..."
"Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero
que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar."

"Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... ¡
Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme."



"Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas... ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti."



Baruch de Spinoza.(Filósofo racionalista S.XVII)